lunes, 29 de agosto de 2011

Organización, Organización

Cada vez que me dicen de organizar algo, me hecho a temblar.

Será por mi poder de convocatoria que es nulo, de hecho, creo que si llego a ser yo la que coordine gente para ir a Sol con lo del 15-M, por no ir no hubiera ido, ni yo (soy así de triste).

Mi amiga Sonyi (además de la persona que quiere organizarme la vida) se casa, al alma cándida no se le ocurre otra cosa que pedirme que le organice la despedida.

Entre que tardaron en dar las invitaciones y que no tenia muy claro a quien invitar, me encontre más sola que la una organizandola .

También hay que tener en cuenta que para ciertas cosas he salido una mezcla muy extraña entre mi padre y mi madre.

Mi padre es el "Gran Capitán" que embarca en todo y no mide las consecuencias, además de hacerse las cuentas del "Gran Capitán" por lo que al final o le sale carisimo o no obtiene beneficios.

Mi madre es de las que al dinero no le da importancia, mientras tenga para vivir el resto le da igual, si le das a elegir entre tener dinero en el banco o comerse caviar de Beluga, siempre elegirá el caviar.

Lo cual quiere decir que me meto en los planes más extraños sin mirar un euro (algo me dice que palmare pasta, por mi falta de previsión, o porque me dara cargo de conciencia que se gasten más dinero).

Nadie comento cuanto querían gastarse, pregunte varias veces, así que reserve en un restaurante que sé que le gusta a Sonyi.

Además que tuve que cambiar la fecha de la despedida porque para esas fechas no estaba en la ciudad y me dijo Sonyi: -Cambia la fecha y desfilando-, si te lo dicen así, pues lo cambias.

Al final, y después de mucho insistir, quedamos que boy no, ni Cristo se seguía sin mojar con alternativas, escribí un monologo y se lo pase a una amiga mía actriz para que nos lo hiciera.

Todavía hay tres personas desaparecidas en combate, que no han dicho ni si, ni no, y con las últimas actualizaciones de precios de 50 € (con mi estimación sumamente optimista) va subiendo a 60, 70, u 80 € (este último ya es exagerado).

Sobretodo porque soy un desastre con las cuentas: se me olvidan cosas, suguieren cosas nuevas (la actriz) como regalarla un rodillo de cocina, porque piensas en comprar algo para nuestros disfraces y fulanita se empeña en que lo quiere de otra forma, o porque se me olvida dividir la parte de Sonyi entre todas).

Me imagino como esta canción de Amaral el día de la despedida, al final seremos  dos: Sonyi y yo, optimista que es una.



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